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La elección de la Ciudad de México, más allá de las encuestas


 Foto: sin título (fotografía), Capital 21, 2021, Capital 21 Web, https://bit.ly/49pc4lc


El primer debate entre Clara Brugada, Santiago Taboada y Salomón Chertorivski ha puesto en la agenda nacional el tema de la sucesión del jefe de Gobierno. A pesar de que la atención está puesta principalmente en el intensamente debatido escenario nacional, no debe subestimarse el futuro político de la Ciudad; sobre todo, cuando históricamente la Jefatura de Gobierno ha sido el cargo público con mayor trascendencia para proyectarse a la política nacional.


A poco más de dos meses de la elección, el oficialismo ha dejado ver su preocupación por el resultado del 2 de junio en la capital del país; el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador externó hace unas semanas que la Ciudad de México es “la capital de la manipulación”, refiriendo que ésta “se ha venido emPANizando” y derechizado en los últimos años, a pesar de haber sido una ciudad “de avanzada”. Dicha declaración se desprende desde luego de aquel punto de inflexión en el 2021, en el que las elecciones de medio término dieron como resultado un reacomodo en el mapa político electoral. Un reacomodo en el que la oposición, conformada por la alianza Frente por la CDMX (PAN, PRI, PRD) se quedó con nueve de las 16 alcaldías en disputa y logró remover a la mayoría de MORENA en el Congreso local.


Ahora bien, con todo y que gran parte de las encuestas aún le otorga una ventaja de dos dígitos a Clara Brugada sobre Santiago Taboada, las mediciones de marzo de Indemerc, Enkoll, Mitofsky y Altica apuntan a una reducción gradual de la ventaja a medida que avanzan las campañas. Dicha tendencia plantea algunos elementos y dudas sobre la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación y podría advertir mayores probabilidades de una transición que derive con la oposición en el poder.


Alta participación ciudadana


La polarización que hay entre la opinión pública respecto a los debates entre los partidos de izquierda y de derecha, así como la identificación clara que se tiene de dos bloques, uno liderado por MORENA y el segundo integrado por el Frente PAN-PRI-PRD, han aumentado el interés de la gente por participar en el proceso electoral y, por lo tanto, por acudir en una mayor afluencia a las urnas. Además, históricamente, las elecciones concurrentes con la elección presidencial registran una participación electoral más alta que las elecciones intermedias. Basta ver que en la última elección para Jefe de Gobierno en 2018, se contó con una participación del 70% del electorado, mientras que, en 2021, solo el 52% de la población votó (es decir, hubo una disminución de 18 puntos respecto a la elección de 2018).


En relación con las motivaciones al voto, podría esperarse que MORENA, siendo el partido en el Gobierno, tenga una mayor capacidad de movilización de votantes en contraste con los partidos de oposición. Sin embargo, de resultar esto cierto en un escenario de alta participación, la efectividad de la movilización del voto se vería reducida. Un factor contrastante que podría animar a la población a ejercer su derecho al voto es el descontento con el gobierno de la Cuarta Transformación. La Ciudad de México ha demostrado ser el epicentro de movilizaciones de diversos sectores de la población en contra de las reformas o políticas públicas del Presidente, ejemplo de esto son las movilizaciones a favor del INE y en defensa de los Organismos Autónomos, en las cuales el denominador común es el rechazo a la administración del presidente AMLO, un hecho que repercute directamente en la popularidad de la Candidata por su partido, Clara Brugada.


Adicionalmente, es importante recordar que la Ciudad ha estado gobernada por la izquierda durante 27 años (en su momento, por el PRD, y más tarde por su derivación de MORENA). Por esta razón, el voto de castigo podría emerger con fuerza y poner en crisis a la hegemonía de la Cuarta Transformación.


Voto diferenciado


Distintos analistas expertos han señalado que en la Ciudad de México habrá un “efecto coletazo” de la elección federal en la elección local. Esto quiere decir que la candidata con mejor imagen, Claudia Sheinbaum, con una amplia ventaja sobre Xóchitl Gálvez, influirá en el voto a favor para Clara Brugada, que hasta ahora tiene un respaldo menor. En otras palabras, se descarta un voto diferenciado. Solamente en el 2018, MORENA logró la victoria en todas las elecciones concurrentes: elección presidencial, Diputados, Senadores, Jefe de Gobierno, mayoría en Congreso local y mayoría de Alcaldías. El ciudadano capitalino ha diferenciado su voto en tres ocasiones, en los años 2000, 2006 y 2012; las razones detrás: mantener un equilibrio político (es decir, buscar en la izquierda un contrapeso a los gobiernos del PAN y del PRI), el llamado “efecto López Obrador”, influido por las circunstancias contextuales, así como por sus cualidades de líder político y el análisis del costo y beneficio que implicaría votar por la opción más viable en la elección presidencial y, a nivel local, a elegir la opción de un partido más cercano en sus propuestas. Véanse como ejemplo las elecciones de 2012: a nivel federal, la Ciudad favoreció al entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, al valorar que AMLO no tenía posibilidades de conseguir la victoria; al mismo tiempo, pero en la elección para Jefe de Gobierno, la misma ciudad votó por Miguel Ángel Mancera, candidato del PRD con afinidades a López Obrador.


Una explicación, en caso de un potencial voto diferenciado (y posiblemente la más problemática para la alianza oficialista), radica en su probable mal juicio en la selección de su candidata. Al respecto, es importante recordar que Clara Brugada obtuvo la candidatura de Morena debido a las reglas de paridad de género, a pesar de haber perdido frente a Omar García Harfuch en las encuestas. El descontento por la candidata ha sido evidente en el propio partido y entre los simpatizantes, pues existe una percepción considerable de que MORENA contaba con un mejor candidato para la Jefatura de Gobierno. Aunado a esto, el disgusto se ve avivado por el supuesto pacto existente entre Claudia Sheinbaum y Santiago Taboada (denunciado por el Periodista Carlos Loret de Mola, quien acusó que la candidata presidencial retiraría su apoyo a la campaña de Clara Brugada en la Ciudad de México y que establecería distintos vínculos con el candidato de la oposición). En suma, dicha percepción podría llevar a que los ciudadanos demuestren su inconformidad con la candidatura y a que voten por otra opción, incluso respaldando en el ámbito presidencial al partido morenista.


Realidad social de la Ciudad de México


De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Ciudad de México es la entidad con más hogares de clase media en todo el país, representando al 58.9% del total. Las alcaldías que poseen un mayor poder adquisitivo son: Miguel Hidalgo, Cuajimalpa, Benito Juárez, Álvaro Obregón, Cuauhtémoc, Coyoacán y Tlalpan.  En éstas, la alianza PRI-PAN-PRD ganó todas las elecciones de alcaldías en el 2021. Dichas demarcaciones representan el 39.9% del padrón electoral de la capital del país, de acuerdo con el Instituto Electoral de la Ciudad de México.


La explicación más sencilla del fenómeno anterior es que MORENA perdió a la clase media, al tiempo que mantuvo el apoyo en las alcaldías más populares. No obstante, el resultado en las secciones electorales populares no fue avasallante en comparación con las secciones electorales de clase media-alta para la oposición. Hay indicadores de que no solo la clase media votó a favor de la oposición, sino también una considerable proporción (casi un tercio) de las secciones electores populares que votó a favor de ella.


Para estas elecciones venideras, el mote de “aspiracionistas” impuesto por el Presidente Andrés Manuel López Obrador a la clase media, podría pesar negativamente en los resultados para el partido morenista al ser interpretado como una afrenta al grueso de la población de la Ciudad de México. Lo anterior, debido a que según datos de la encuesta “Estudio de Opinión Pública Sobre la Clase Media Mexicana”, realizada por De las Heras Demotecnia en julio de 2019, ciudadanos encuestados se considera a sí mismo parte de la clase media. Sobra decir que el porcentaje de votantes “aspiracionistas” será de gran importancia en este proceso. Por su parte, el candidato de oposición, Santiago Taboada, lo entendido bien y por esta razón inició su campaña con la promesa de que la Ciudad de México será la ciudad más “aspiracionista” del país bajo su mandato.


Algunas conclusiones


La Ciudad de México es un espacio privilegiado y puntero en las luchas por la democratización del país. Esto es resultado, entre otras variables, de su centralidad demográfica, educativa y cultural, del proceso de modernización que atraviesa desde su conformación, de su densidad poblacional y de la fuerte presencia de la clase media e la población. Este 2024 se cumplen 27 años desde que los ciudadanos pudieron elegir al Jefe de Gobierno de esta Ciudad por primera ocasión.  Desde entonces, la Ciudad ha ido desarrollando un comportamiento electoral tendiente a la oposición, convirtiéndose a la vez en el bastión político-electoral de la llamada izquierda mexicana y despertando al deseo y a la exigencia de nuevas políticas públicas vanguardistas y la instauración de derechos sociales de tercera generación.


En el 2018 sucedió algo que no habíamos observado en los últimos 21 años: el mismo partido que estaría al frente del gobierno federal gobernaría la Ciudad de México. No obstante, en 2021, la Ciudad refrendó su carácter de oposición antes que su figura de bastión político de cualquier corriente ideológica.  


Para las elecciones del 2 junio, la Ciudad de México podría convertirse en el epicentro de la reagrupación y generación de propuestas de la oposición y con ello, ser el lugar del que se desprenda un proyecto de nación con visión a 2030.  Por su parte, MORENA y los partidos aliados se encuentran en un buen momento para “meter el acelerador”; es decir, para cerrar las filas al interior del partido alrededor de Clara Brugada y para demostrar una mayor unidad hacia el exterior.  Deben atender y movilizar a las secciones electorales en donde se concentran las clases populares en las alcaldías, pues serán éstas las zonas que puedan contrarrestar el voto de las clases medias.


Aunado a lo anterior, MORENA y aliados deberán contemplar la inclusión de propuestas dirigidas a las clases medias. De lo contrario, correrán el riesgo de proyectar una imagen excluyente y divisora que derive en una repetición (o bien, profundización) de lo que observamos en el 2021.


Aunque las campañas aún se desarrollan, tenemos una elección a Jefe de Gobierno con más competencia de lo que nos puedan mostrar las encuestas, donde la historia socio política de la Ciudad nos brinda elementos de mayor análisis.  


Este texto fue escrito por Valentín Galindo, Consultor en Grupo Estrategia Política.



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